Por ANA LUCIA ORTEGA © (texto y fotos)
Esplendor natural, alojamiento en un Palacio y pueblos andaluces que seducen
Una de las rutas más vistosas que parten desde el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, es la del nacimiento del río Borosa, afluente del andaluz Guadalquivir, que riega las provincias de Jaén, Sevilla, Córdoba, Huelva y Cádiz.
La ruta parcial del Borosa, nos lleva de tres a cuatro horas, caminando a la orilla de las pozas y aguas cristalinas, que caen en pequeñas cascadas. Los árboles de ribera como pinos, enebros o encinas, abarrotan las laderas de este recorrido que se nos antoja como la búsqueda de un tesoro.
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| Panoramica de olivos en Jaén |
La ruta más severa, en cuanto a esfuerzo físico, nos permite llegar al tramo más alto del río: el Salto de los Órganos; una ruidosa cascada, cuyo entorno montañoso, nos deja extasiados ante el espectáculo de la naturaleza.
En 1986 el ecosistema de esta zona excepcional, fue declarado Parque Natural, y se convirtió en el mayor espacio protegido de España y el segundo de Europa. Su superficie engloba 214.333 hectáreas, lo que supone el doble del área metropolitana de Londres, y supera en mucho, a Madrid o Barcelona.
La protección de la flora y fauna y sus incomparables paisajes, han propiciado un turismo respetuoso, que ha revitalizado la economía local. Especies como el ciervo, el águila real, el quebrantahuesos y la cabra montesa son privilegiadas en este paraíso natural.
Este viaje comenzó un día antes, saliendo desde Madrid a primera hora, rumbo a Despeñaperros, el imponente desfiladero donde se empalman las carreteras de Castilla La Mancha con la de Andalucía. El paisaje escénico que pudimos contemplar nos embelesó. Al llegar a la Cascada de la Cimbarra, del pueblo jienense de Aldeaquemada, vimos que las lluvias de este año la había convertido en una chorrera de aguas cristalinas, que caía desde cuarenta metros de altura, brotando desde el río Guarrizas.
El espectáculo se complementa con el paisaje de roca cuarcita que inunda la zona; tonalidades rojizas o marrones se reflejan a través de los rayos solares.
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| Vista de Cazorla |
El Parque Natural, cobija además, pinturas rupestres protegidas bajo la declaración de Patrimonio de la Humanidad, trascendiendo al Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, desde su aprobación por la Unesco en 1998.
La Sierra Mágina, también localizada en Jaén, es reserva del mayor adelfal de España. En invierno no disfrutamos de las flores, pero sí del sendero de Cuadros, que debe su nombre al río de este Parque Natural. Andamos bajo un techo de maleza, con tallos de arbustos entrelazados, y acompañados del ronroneo del agua.
El terreno kárstico de la Sierra y la acción del agua durante años, han moldeado paisajes extraordinarios gracias a la metamorfosis natural. A ello se añaden curiosas pinceladas históricas: la zona funcionó como frontera cristiano-musulmana y aún hay construcciones defensivas que cautivarán a los entusiastas de episodios remotos.
Pernoctar en un Palacio
Tras un día de senderismo, el Palacio de Mengibar es el lugar ideal para el descanso. La Casa Palacio original era árabe; siglos después, se edificó en tiempos del medioevo, donde estuvo la antigua fortaleza, de la que se conservó la torre del homenaje.
La casona fortificada se vendió en 1489, a María Ponce de León, por el señor Barrionuevo, Caballero Veinticuatro de Jaén. Fue éste, el primer dato comprobado del periplo de este inmueble en el tiempo.
Los Ponce de León mantuvieron la propiedad durante siglos, hasta que, en 1808 uno de los herederos, Joaquín Osorio de Moscoso, Duque de Montemar y Conde de Garcíez, propició que la Casa Palacio se convirtiera en cuartel de las tropas, tras la victoriosa batalla de Mengibar, contra el ejército napoleónico.
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| Entrada al Hotel Palacio de Mengibar |
Tras setenta años, Juan Ramón De la Chica Saeta, adquirió el inmueble en subasta pública, y sería la mujer de su nieto, Doña Juana Cassinello, quien hiciera las reformas. En 2017 fue adquirida por el ayuntamiento de Mengibar, que la transformó en el hotel donde hoy en día podemos pernoctar.
Descubriendo pueblos andaluces
Por las calles adoquinadas de Cazorla, variadas civilizaciones, moldearon la esencia de este pueblo durante siglos. Las ruinas de la iglesia de Santa María, en proceso de restauración, es visita imprescindible. Se estima su construcciónen el siglo dieciséis, sobre el cauce del río Cerezuelo, cuyo caudal tuvo que modificarse. Sobre el río se construyó una bóveda, que fue en su tiempo una extraordinaria obra de ingeniería, y a día de hoy, la podemos atravesar a través de una pasarela subterránea entre chorros de agua.
En 1694 una inundación arrasó parte importante del templo, y desde entonces, el edificio está en ruinas, aunque parte de su estructura puede admirarse.
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| Cazorla en Navidad |
A menos de dos horas se llega a Andújar, cuna de la romería mariana más antigua de España: la Virgen de la Cabeza. Según la tradición, se cuenta que en el siglo XIII, un pastor recibió por encargo de la santa, levantar un santuario en el cerro de esta población para ser venerada, convirtiéndose así en la Patrona de este pueblo andaluz.
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| La Virgen de la Cabeza en su Santuario |
En el linaje de Andújar se mezclan varias dinastías, los Trastámara, los Habsburgo y la Casa de Avis; ésta última representada por el emperador Carlos V y su esposa Isabel de Portugal. La torre del reloj tiene en la actualidad los escudos de ambas casas. Su estilo original entremezclaba el mudéjar y el gótico, y el famoso reloj se incorporó en el siglo XIX.
Esta población de la serranía andaluza es uno de los abrigos del lince ibérico, especie protegida en peligro de desaparición, por ello, constituye uno de los ecosistemas más preservados del sur español.
Relativamente cercano encontramos Baños de la Encina, población que actualmente no supera los tres mil habitantes. Su nombre ya aparecía acreditado en la Edad Media y las encinas, endémicas de la Sierra Morena, asícomo la existencia de aguas terapéuticas, pudieron darle su nombre. Lo más extraordinario de esta localidad es el Castillo de Burgalimar. Construido por los musulmanes en el siglo X, es una singular muestra de arquitectura militar de la época, y muy probable, obra del Califato Omeya de Córdoba.

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